martes, 18 de junio de 2013

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE


David Mamani Cartagena



Me interesa el cinismo. Aquel que promueve el sano juicio y el justo criterio. De un tiempo a esta parte la palabra revolución se ha devaluado. De lo que se habla y lo que se hace. Ahora emerge una llamada Jigote.

Podría pensar que los mejores ardids publicitarios sugieren pero no imponen. Son inteligentes pero no ingenuos. "Sonreí, cuidá y respetá" dicen algo, y es el atenuante de un marketing que ofende el sentido común, si al margen tengo que levantar el dedo meñique para decir que milito o estoy de acuerdo. 

Me niego a aceptar tácitamente que la llamada revolución es una iniciativa ciudadana si la promueve una organización privada cuyos intereses desconozco. Puedo aceptar que es una iniciativa que convoca al ciudadano que habita en las redes sociales o más bien en el círculo íntimo de quienes proponen esta causa. Sumergidos en los espaldarazos, está claro que la revolución avanza para ellos. 

No estoy convencido de aquel refrán que dice que “no hay mal que dure 100 años”. Estoy convencido y espero que en menos de un año esta efervescencia se diluya para bien de quienes pensamos, no igual al resto, pero al menos pensamos. Seguimos nuestro camino y no el de los demás. 

No voy a sonreir, no voy a cuidar y no voy a respetar. No porque no quiero, sino porque los mojigotes son ellos, no yo.

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