viernes, 7 de agosto de 2009

LA CAMARA LÚCIDA



David Mamani Cartagena (*)



Aludiendo al título del libro de Barthes, una vez más Maximiliano Barrientos se perfila como un gran escritor, aquel quien en palabras del argentino Fabián Casas es “un maestro de las imágenes narradas”. El discurso deja su lugar como objeto/texto, y transciende a lo visual. En palabras de Sarah Mendieta, crítica literaria, fundamenta la obra de Barrientos bajo el siguiente precepto: Mirar, ser mirado, dejar que te miren, verte en el pasado, verte en el futuro, son formas de coleccionar más imágenes. Como si se escribiese un posible guión cinematográfico de la vida, el narrador juega con la idea de filmar”.


Esta sucesión de imágenes que al parecer definen la ficción en la vida de Barrientos, comenzó con el libro de cuentos “Los Daños, luego “Hoteles” y se cierra un ciclo con “Diario”. Un sucesivo orden cronológico en cuanto a la publicación, y casi obsesivo en cuanto el contenido de los mismos. Los dos primeros fueron editados por La Hoguera y esta tercera entrega corresponde a la editorial alternativa El Cuervo. El libro será presentado el próximo 11 en la XIV Feria Internacional del Libro de La Paz. Conversamos con Barrientos para desentrañar esa faceta voyeurista en su propio mundo.


Foto tapa. Editorial El Cuervo


“Diario” es tu nuevo libro de cuentos. ¿Tiene relación con “Fotos y canciones”, la obra con la que ganaste en 2007 el Premio Nacional de Literatura del Municipio de Santa Cruz?


-El libro es una reescritura del que ganó el Premio Nacional de Literatura en 2007. Aprovechando que la distribución de ese libro no es comercial, sino sólo institucional –-en bibliotecas municipales— decidí reescribirlo, y ahora sí, con esta versión muchísimo más madura, que llegue a las librerías, que tenga una circulación verdadera. Éste es el que cuenta. Sólo dejé dos cuentos del volumen original y también fueron modificados.


¿Cuál es el origen de Diario, cuándo empezaste a escribirlo y cómo está conformado en cuanto a la estructura, el género?


-Es un libro que tuvo varias versiones, por lo tanto para mí significa un tanto problemático. Las anteriores a ésta eran versiones muy voluminosas, pero luego me quedé con una mucho más ágil, de sólo cinco cuentos.


Me interesa jugar con el diario íntimo, con la relación que sostiene con la escritura de ficción. El diario íntimo pensado como un objeto de literatura. Los cruces entre la escritura privada y la obra de ficción. En todo diario íntimo de un escritor hay narración, hay fabulación, hay invención. Pero también en toda obra de ficción, al menos en cierta ficción, se filtran componentes autobiográficos, se los reconstruye, se los manipula. Esos cruces me interesan particularmente en este libro. En versiones anteriores incluí parte de mi propio diario, pero luego las quité. Pienso utilizarlas en futuros libros, en otros textos. Fragmentos de mi diario los añadí a la crónica que apareció en la antología Conductas erráticas.


Creo que como quedó Diario, con sólo cinco cuentos, tiene una estructura más cerrada, más redonda. Hay más simetría en los textos. En el cuento que da nombre al libro, Esteban Olivares, personaje que ya había aparecido en Los daños y que aquí aparece en tres de los cinco cuentos, lleva un diario, lo escribe a saltos de mata mientras trabaja en un cuento cuyo personaje es Raquel, que ya había salido en Un día perfecto y en Los adioses.


¿Alguna relación con Los daños y Hoteles?


-Sí, supongo que sí. Especialmente con el primero porque en ambos está Esteban Olivares y su mundo. Amigos, viejas novias, sus padres. El universo que puebla el primer libro pero anestesiado por el paso del tiempo, luego que las cosas se enfriaron un poco, que lo peor haya pasado. Supongo que en parte, y esta es una opinión totalmente arbitraria como todas las opiniones, el libro trata de perderse. Todos los personajes están un poco perdidos, como en el primer libro, pero de una forma diferente. Ya son más viejos, ya no están desesperados, pero siguen extraviados. Deambulan por ahí, van a viejos lugares, conocen nuevos sitios, nuevas personas. Dan vueltas todo el rato. Son nómadas que no consiguen irse del todo. A pesar de que ya no son esos adolescentes tardíos, persiste esa cuestión de errar, de moverse continuamente en círculos. Esteban, sus amigos y los otros personajes satélites del libro se ven envejecer, ven lo que los alejamientos producen: divorcios y muertes y viajes a otros países.



Foto: Aimara Barrero


Comenta acerca de tu desvinculación con Hoguera (si este fuera el caso) y tu primera publicación con el sello alternativo El Cuervo.


-No hay ninguna desvinculación. A La Hoguera le estoy tremendamente agradecido. Se jugaron por esos primeros libros y ese fue un gesto muy valiente. Voy a publicar dos cuentos con ellos en una antología de escritores bolivianos hecha por un periodista y escritor argentino que se distribuirá en Argentina y en Bolivia.


Fernando (Barrientos), el editor de El Cuervo, quería publicar el libro, le tuvo fe y eso me puso muy contento. Al comienzo tenía dudas porque tenía problemas con las viejas versiones y porque ya tenía casi lista una novela, y quería publicarla pronto. Pero luego cambié de opinión, llegué a una versión que más o menos me convencía de Diario, y acepté. Y claro, estoy muy agradecido y orgulloso de aportar con un granito de arena a una editorial que se aventura a formar un catálogo, una línea muy concreta sobre lo que ellos consideran como “literatura” en el panorama boliviano. Eso es algo que me interesa y que es meritorio. Todas las editoriales independientes tienen un “plus”, una “aura” que las reviste. Mirá cómo se hizo Anagrama. Mirá la importancia y la presencia que sentaron recientemente las jóvenes editoriales independientes como Periférica o la lamentablemente desaparecida Interzona.



TEXTO DE CONTRATAPA DE "DIARIO", ESCRITO POR FABIAN CASAS



"Este libro me fue entregado -en su versión inédita- en una ciudad cuyo esqueleto está hecho con anillos que harían las delicias de Tolkien. Pasé días y noches leyendo el libro de arriba para abajo, de costado, en diferentes situaciones y estados de ánimo. Su lectura me impregnó como lo suele hacer el whisky, ese querido psicólogo rubio que viene a salvarme en los malos momentos. Sin embargo, las noticias que traía el libro no eran buenas, más bien el libro habla de una anatomía de la soledad, soledad de los protagonistas, tristeza de las parejas que deambulan tratando de seguir con su vida aunque la distopía las oprime y condensa. Ya no hay fiestas en ningún lado, salvo en el lenguaje de estos relatos que se pueden leer como novela, como poesía en versos largos y continuos o como simples raccontos de sueños. En su deambular, los personajes dan cuenta de la muerte de abuelos, hermanos, ideales y hasta de Roberto Bolaño. Para mí no quedan dudas, la literatura boliviana se aleja del costumbrismo y está haciendo literatura a secas: un nuevo mundo mestizo que ya tiene grandes cantores, como el mítico Jaime Sáenz o los jóvenes Edmundo Paz Soldán y Rodrigo Hasbún. Maximiliano Barrientos -el autor de este libro que me tuvo en vela- es un maestro de las imágenes profundas, de los intersticios donde se cruzan los destinos, esos pequeños motores invisibles que hacen que el mundo narre".



Nota: Agradecimientos especiales a Fernando Barrientos de Editorial El Cuervo y a Maximiliano Barrientos, por el material ilustrativo como la predisposición de su tiempo.

2 comentarios:

Rafu dijo...

Buenísimo! Hay que ir preparándose también por la novela.

David Mamani Cartagena dijo...

A la espera entonces, un abrazo.