martes, 30 de marzo de 2010

NATIVOS E INMIGRANTES DIGITALES (una crónica para lectores ausentes)


David Mamani Cartagena
Asistí a media jornada de tres que el Centro Simón I. Patiño había programado en el marco del III Foro de Fomento a la Lectura en Santa Cruz. La tarde del miércoles 23, Gonzalo Oyarzún (Chile, Director de la Biblioteca de Santiago), durante una intervención como público (en la mañana disertó) declaró que al presente “coexisten los nativos como inmigrantes digitales”. Esta es quizá la síntesis de una dicotomía generacional, para quienes (me incluyo) crecimos leyendo libros impresos y empastados; como su posterior traslado al soporte digital, empero quedaron relegados quienes todavía no aceptan o no se adaptan a este devenir cultural.
El III Foro de Fomento a la Lectura, empezó el pasado 23 y se extendió hasta el 25 con dos jornadas (mañana y tarde) por día, cuya concurrencia en su mayoría estaba compuesta por profesores de literatura, editores, autores, libreros y bibliotecarios. 


 Ernesto Martinez, Presidente Camara del Libro La Paz

 

Ante mi limitada presencia, solo me remitiré a las ponencias atendidas. Resumiendo la segunda parte del primer día, Ernesto Martinez (Presidente de la Cámara del Libro en La Paz) básicamente presentó las ventajas y desventajas del soporte digital actual, e-book o libro electrónico. Entre lo más relevante de su participación fue un esbozo en cuanto a derechos legales digitales (DRM, Digital Right Management) que protegen a los autores por cuanto la venta de sus libros en tiendas virtuales, la guerra de formatos digitales para la lectura de e-books y la inclusión del soporte digital como estándar de libro (concepto) en la Ley del Libro en Bolivia.
Luego el filósofo cochabambino Benjamín Santistevan ofreció una interesante charla sobre la Ética y política del acto de leer, desde la visión deconstructivista  de Jacques Derrida y Maurice Blanchot.
Santistevan planteó su ponencia desde el inconsciente imperativo del “yo debo leer”, a causa de la proliferación de la imagen como las reformas educativas en América Latina, bajo la excusa de que el conocimiento se expande a través de la palabra, es decir “la lectura como reproducción del conocimiento”.
Profundizó más al retratar la lectura como una propiedad metafísica, de dominio por parte del autor, porque su conciencia se transmite al lector.
Mediante una analogía describió el libro como la naturaleza de Dios, “la biblia es el libro de los libros, Dios como principio a través del Génesis y un final a través del Apocalipsis”. En ese sentido el autor imita a Dios, pasando su conciencia al lector, cerrando un círculo (ciclo).
Luego conceptualizó la lectura como un proceso fisiológico, aludiendo al sentido de la vista; la participación del cuerpo en la lectura, “el ojo ve porque es observable en el mundo real por otro ojo”. Este proceso fisiológico conlleva conocimiento si el ojo abstrae materialidad a la memoria.
Finalmente se refirió a la física del libro enunciando que “no se puede leer sin ver”. “Un lector puede ver las letras pero no leerlas”.
Entre otras citas de Santistevan, destaco las siguientes: “El texto debe entenderse como algo figurativo, se interpreta de forma diferente, nunca se alcanza la verdadera lectura”.
“Si existe una materialidad en la lectura se da cuando leemos, formalizamos con palabras. Las letras son una huella del cuerpo. Sin materialidad no hay texto, no podemos leer”.
En cuanto a la ética del acto de leer, Santistevan exhortó que “se debe leer mediante una interpretación efectiva. Una ética que “nada tiene que ver con una respuesta al texto, obedecer lo que dice”. Una ética expresada en “las propiedades lingüísticas y no en la subjetividad”.
“Responsabilizarse ante el riesgo de leer”, manifestó.


 Marcelo Suárez, editor Escenas y Brújula El Deber




Después correspondió el turno a Marcelo Suárez, editor del sector Escenas y suplemento Brújula de Diario El Deber, quien afirmó que la temática que aborda se adaptó a los nuevos formatos de la tecnología.
Entre las responsabilidades de un periodista cultural en la actualidad, Suárez dijo que se debe “generar debate, ir más allá de la noticia”. También se refirió al uso de las nuevas plataformas de información como las redes sociales, Facebook y Twitter y blog. Empero manifestó desventajas por parte de la red internet, ya que “ha limitado al periodista a esforzarse menos por la búsqueda de fuentes”. Remarcó que estas nuevas herramientas “deben ser un material de apoyo, pero que nunca reemplazarán el olfato, la indagación, que son cualidades de un periodista”.


Marcelo Paz Soldán, Editorial Nuevo Milenio



La opinión de un hombre del mundo editorial que maneja ambos soportes, digital e impreso, destacó en la participación de Marcelo Paz Soldán, de Editorial Nuevo Milenio; quien cerró el primer día del foro.
Paz Soldán fundó el sello impreso Nuevo Milenio el año 1996 y piensa publicar cinco nuevos títulos el presente 2010. Para variar su oferta de catálogo comentó que creó la página virtual Ecdótica en 2007, que alberga varios títulos de la literatura contemporánea boliviana y que registra unos 700 visitantes diarios. Sostuvo también que “las editoriales tienen que vencer varios obstáculos para producir, citando entre ellos la piratería, los altos costos de impresión, impuestos y el porcentaje de venta que cobran las librerías”. Irónicamente comentó que “el mercado formal de venta de libros no alcanza un nivel regular, y quizá conforma una red clandestina de comercialización, toda vez que la piratería genera mayor demanda”.

LOS EJERCITOS INVISIBLES (SEGUNDA PARTE)

Asumiendo una posición crítica lo único reprochable a un foro de fomento de lectura es la ausencia de lectores.
En cuanto a la tarea de fomentar la lectura, pienso que ya no depende de un poder como política de socialización y/o comercialización. Al contrario, este poder ha caído y hoy más que nunca el poder individual tiene acceso al conocimiento, por tanto el hábito de lectura dependerá de los lectores y ya no de los libreros, bibliotecarios, editores, etc, ergo intermediarios.
Pienso también que todavía se evidencia un maniqueísmo por parte del mundo editorial o mercado legal que retrata un lector malo, “consumidor de libros piratas”; y uno que obra bien, aquel que “fomenta la propiedad intelectual” comprando títulos originales en librerías. Este punto debería ser tratado desde el paradigma de la licencia abierta o Copyleft; la cesión de los derechos patrimoniales y no así morales por parte del autor para la reproducción de su obra y su masiva distribución a través de diversos soportes en beneficio del lector.
Si vamos a hablar de esa patética lucha entre lo digital e impreso debo sentenciar que la lectura conlleva un proceso cognoscitivo, no cabe duda que es una habilidad adquirida, misma habilidad que supone adaptarse al uso de la nueva tecnología, por tanto ambas son imprescindibles.
El 27 de febrero pasado, leía en la revista Ñ de Clarín, una declaración del escritor argentino Fabían Casas, quien argumentaba que el libro impreso nunca iba a morir, refiriéndose a la propiedad inmaterial del mismo. Casas dijo entonces: El 13 de septiembre de 1908, Napoleón se encontró con Goethe y le dijo: Sos lo que se dice un hombre, Got. El maestro alemán, en señal de respeto, sólo bajó la vista. Napoleón tenía el poder real, había conquistado el mundo físico, Goethe había escrito libros y su poder estaba en el mundo metafísico. Los ejércitos visibles ganan o son derrotados, los ejércitos invisibles son difíciles de dominar y suelen atravesar el tiempo, la raza y las fronteras”.
Alguna vez tendré que refutar a Casas (es mi ídolo), pero si vamos a hablar de la metafísica de la escritura bajo la lógica de la idea (propiedad intelectual) como bien común, la virtualidad será nuestro próximo ejército invisible. Hasta la victoria siempre lectores.



Fotos: David Mamani Cartagena

2 comentarios:

David Mamani Cartagena dijo...
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