sábado, 23 de abril de 2011

SOBRE EL LLAMADO ARTE MEDIOCRE Y DIZQUÉ TRANSGRESOR


David Mamani Cartagena




¿Y dónde está la genialidad de nuestros artistas si solo hay mediocridad? preguntaba yo mientras leía el artículo de Edson Hurtado publicado en su blog.
   
Al autor del artículo en cuestión le molesta la incapacidad de diálogo del artista o el “no me da la gana de explicar mi arte” según él (referido a lo que percibe de los artistas cruceños). Una postura “patética” o “ideológica”, decisión personal de aquellos creadores al negarse a hablar de temas que ni siquiera hace falta conocer sobre su obra: “tendencias, experiencias, mecanismos de creatividad, producción de estilo”, etc.
 
Aclarar primero que la falta de elocuencia o falsa postura no es mediocridad, aunque denota cierta pelotudez a la cual nos tienen sometidos nuestras artistas.
   
¿Es necesario discutir?
  
Pero si no hace falta la “confrontación, el diálogo, la crítica o el análisis”. La obra está ahí. Basta observarla, leerla o escucharla para decir si es una mierda básicamente o no, y los hechos lo comprueban.
   
Decir pelotudez o mierda en este texto no debería ser “transgresor” como el arte que exhiben actualmente nuestros artistas. Hace 40 años que el arte de Tito Kuramotto no sorprende a nadie porque era y sigue siendo en parte la realidad en la que vivíamos o vivimos. Sin embargo, pintar una tranquera en un cuadro implica también saltarla en la realidad.
   
Si Marcel Duchamp hubiera exhibido su inodoro en Santa Cruz durante los años ‘60s, probablemente nunca hubiera sido considerado una vanguardia pero sí transgresión, es decir un absurdo sin explicación. Un ejemplo: Santa Cruz espera cada año la Semana Santa para escandalizarse con los desnudos de Alfredo Muller, mientras el resto del año se pajea con Magníficas semidesnudas.
   
¿Este escenario hace pensar que todo arte ajeno (desnudos, arte conceptual, performance) es transgresor y todo arte local es natural?
   
A conclusión:
   
¿Necesita el público entender al artista o viceversa?
 
Si el artista entendiera al público, no haría falta que construya bodrios que no se puedan comprender o jactarse de decir “que no se pueden comprender”, lo cual es peor. Al presente, todo “nuevo arte” o todo “arte joven” es transgresión. Empero no se reconoce en el discurso como tal. Atisbos de transgresión en la pose del artista sí; pero del mensaje de la obra ni ahí.
  
 ¿No será que nuestros artistas construyen realidades mediocres que no es lo mismo ser mediocre? Me aterra cuestionar si nuestra realidad es mediocre.
   
El público no necesita de un arte mesiánico donde el artista llegará para guiarlo. A eso es preferible escupirle en la cara al falso profeta y esperar el camino de la genialidad: la salvación.
   
Felices pascuas a todos nuestros falsos profetas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

elay lo que pasa por no tener una escuela de arte en esta city!

Anónimo dijo...

más que una escuela de arte hace falta reflexión y algo de modestia